Que sea el oficio más antiguo del mundo no implica que deba crecer. Sin embargo, crece. La prostitución en el Cruce Varela se expande cada vez más, sobre Camino General Belgrano y se amplía el «circuito rojo» a las circundantes como Avda del Trabajo, Campichuelo, Humaitá, Curupaity, Bombero Galarza, Luis Braile, Libres del Sud, Las Américas, El Callao, Finocchietto y Balcarse.
Es su zona liberada. Esta situación no es nueva, se viene gestando desde hace años, pero ahora se ha incrementado. E inclusive se habla de que las chicas trans tienen el control de la zona y los numerosos vecinos deben estar supeditados a sus designios, como por ejemplo, apagar las luces de sus casas, no decirles nada porque se violentan y deben soportar la «libre oferta sexual».
La gente hace tiempo que debe presenciar escándalos, y aseguraron que en distintas casas y en diferentes horarios, las travestis, entre gritos y golpes, atentaron contra algunas viviendas, tirándoles piedras.
El cruce Varela alguna vez fue un barrio tranquilo. Pero los vecinos dicen que apenas lo recuerdan. En una recorrida realizada por La Colmena , los moradores no ahorraron frases hirientes y epítetos subidos de tono a la hora de la consulta.
Pero muchos tienen miedo por su seguridad y dicen «ellas estan organizados, nosotros no». Y agregan que « Hay muchas que están «muy felices» no sabemos si bien están borrachas o si están drogadas. Por ahí cerca venden «sustancias». Se vive muy mal acá.
Ante la pregunta de La Colmena , la actitud de M.S. no fue distinta a la de sus vecinos. «No quiero problemas -comenzó-, pero creo que queda muy mal lo que hacen en la calle. Están casi desnudos y no respetan a nadie», dijo, visiblemente enojada, la vecina, no puedo creer lo que veo. Una noche llegamos a contar 15 chicas trans sobre Camino General Belgrano.
A la mañana los vecinos encuentran en las puertas de sus casas botellas rotas, preservativos y otroselementos que no hacen más que aumentar su indignación.
La mayor preocupación de varios vecinos, es que «nadie hace nada. No quiero tener ningún roce, yo no tengo nada en contra de ellos (por las travestis), pero creo que son malévolos y asquerosos. Los observo por la mirilla, porque les tengo miedo. Se visten con ropas transparentes», dice otra mujer que no quiere dar su nombre ni por casualidad.
Si los deciden enfrentar, son insultados y a los gritos dicen que serán denunciados ante el INADI. Muchos también hacen referencias por la crisis, otros dicen que es por la demanda. Por una u otra cuestión en la zona del Cruce Varela, jurisdicción de la Comisaría Tercera, la oferta y la demanda de sexo ha crecido en demasía en la vía pública.
Seguridad municipal tampoco interviene y los vecinos tienen que soportar en la vereda de sus domicilios el sexo al paso e exhibiciones obscenas. Además, las travestis (chicas trans) tomaron como propias esas calles que antes pertenecían también a las trabajadoras sexuales (éstas las abandonaron para refugiarse en espacios cerrados, cercanos a la mencionada zona), según contaron a La Colmena los hartos vecinos del Cruce Varela.
La prostitución sigue vigente y en aumento en Varela y las autoridades en su conjunto no saben nada ni ven nada. La justicia también tiene su cuota parte pues los fiscales no pueden desconocer lo que sucede. Y esta situación no es de ahora, sino de años…
Cuando comienza a anochecer, principalmente, los jueves, viernes y sábados, las travestis empiezan a aparecer en las calles mencionadas que ya no les pertenece a los vecinos. Caminar libremente y disfrutar de las noches de verano, ya son historia.