El Juez de Garantías Diego Agüero condenó a la pena de nueve meses de prisión a Hernán C. por el delito de amenazas simples contra su ex pareja Florencia A.
El Juzgado de Garantías n° 6 de Florencio Varela, aplicando la herramienta de juzgar con perspectiva de género, pactó con el condenado que realice un curso en la Universidad Arturo Jauretche sobre violencia de género, a cambio de no cumplir la pena en la cárcel.

En caso de no asistir al curso de nuevas masculinidades, el condenado tendrá que cumplir los nueve meses en prisión, ya que se revocaría el juicio abreviado que firmó ante la justicia penal de Florencio Varela.
El Juez de Garantías, agravó la pena por haberse cometido contra una mujer en estado de vulnerabilidad (el mínimo de la pena en el Código Penal, es de seis meses de prisión, art. 149 bis primera parte del Código Penal).
Diego Agüero, conocido en los medios, por haber sido acusado de feminista por un abogado particular, escrachado con carteles de “feminazi” por familiares de condenados por abuso grupal contra una menor de edad, por haber dicho en sus fallos durante la pandemia por COVID que no excarcelaría a ningún preso y que las tobilleras no sirven, fue por más y ordenó ese curso sobre violencia de género para el condenado y que lo controle el Patronato de Liberados local a cambio de la libertad.

Juez de Garantías, Diego Agüero

El hecho ocurrió en la localidad de Bosques, cuando en una noche, Hernán C. se encontró en la calle con Florencia A., con quien había tenido una relación de pareja que había terminado hacía pocos días y le dijo: “…callate, no hables de mi porque donde te encuentro te voy a matar…».
La mujer, en una entrevista que tuvo con abogadas del Juzgado, aplicando el protocolo propio para la atención de la violencia de género (Ley 26485), contó que primero fueron novios y luego convivieron por un año y tres meses, que a lo largo de ese tiempo fue golpeada por Hernán, pero no lo denunció; y por último dijo que se terminó la relación porque «…no daba para más…», por lo que decidió irse de la casa del padre de su pareja, en la que ambos convivían.
Ahora el condenado tendrá que capacitarse en cuestiones de género y nuevas masculinidades en la UNAJ y por cuatro años no cometer otro delito, ya que la ley no permite otra condena en suspenso y tendría que cumplir su totalidad en prisión.