Numerosas familias donde muchos de sus integrantes se han quedado sin trabajo, van reinventándose para sobrellevar la crisis por la cuarentena debido a la pandemia de Covid-19 .

La crisis que desató la cuarentena por el coronavirus tiene varias aristas; se ve en los numerosos comercios varelenses que bajan sus persianas definidamente por no poder cumplir con los altos costos que deben afrontar cuando están cerrados hace 4 meses. Otros se reinventan con distintos recursos para afrontarla.
Otra arista se visibiliza en los barrios de Florencio Varela, como es el boon de las verdulerías, un fenómeno relacionado con la emergencia que se acentúa día a día y es cada vez más preocupante. Muchos vecinos que no pueden trabajar o perdieron su trabajo decidieron instalar cajones de verduras y frutas en el porche, en el garaje, en el frente o en el patio de sus casas para llevar a sus familias un plato de comida.
Un vecino de Vatteone, entre otros tantos, sobre la calle Tucumán instaló una verdulería porque lo despidieron de una agencia de turismo, contó a La Colmena “necesito trabajar para comer” y se me ocurrió abrir una verdulería para seguir adelante, honestamente”.
No sólo se ven verdulerías en casas particulares, hasta 5 en una manzana, sino también en venta callejera y no tienen un puesto fijo. Es decir, ofrecen la mercadería mientras deambulan por distintos lugares de la ciudad. «Es lo más fácil, y lo que menos requisitos exige. Compramos en los mercados frutihorticolas por mayor , vendemos la mercadería y así juntamos plata rápido», le dijo un verdulero a este semanario.
Todo esto es informal, y es injusto para el comerciante que cumple con todos los requisitos legales.. Una situación muy compleja que debe solucionar las autoridades que nos gobiernan. Sin embargo, nadie puede escapar a la realidad: que hay mucha gente que no tiene para comer!

La pregunta es ¿cómo hará el municipio y los dueños de estas informales verdulerías para regular y ordenar la habilitación una vez que termine la cuarentena?