A siete meses del caso Paloma y Josué, la causa sigue sin detenidos.
Testigos declararán esta semana en el caso que investiga los crímenes de Paloma Gallardo y Josué Salvatierra, los adolescentes de 16 y 14 años hallados asesinados en un descampado de Bosques, en Florencio Varela, al tiempo que se aguarda el resultado de una pericia telefónica.
Aníbal Osorio, el abogado de la madre de Paloma, dialogó con la agencia NA y señaló que se trata de vecinos que aseguran haber sido “víctimas de hechos de inseguridad en la zona”.
El letrado ratifica que los adolescentes sufrieron un robo: “Vamos sostener a esa hipótesis hasta que sea corroborada o desestimada”.
Por su parte, el fiscal Darío Provisionato espera el resultado del peritaje al celular secuestrado en el galpón aledaño al terreno baldío en el que se hallaron los cadáveres.
Los dos sospechosos de 25 y 30 años continúan bajo investigación, aunque el funcionario judicial “no tomó ninguna medida contra ellos”, afirmó, y agregó: “Todavía no se realizaron los cotejos de ADN”.
Las familias de Salvatierra y Gallardo sí se sometieron a extracciones de sangre, pero no se podrán comparar con otros rastros genéticos a raíz de que el peritaje llevado a cabo en la escena del crimen resultó negativo: “Fue una medida anticipada que pidió el abogado Carlos Diéguez porque finalmente no se halló nada”.
“La idea del fiscal era encontrar el tercer ADN y después hacer la comparación”, precisó Osorio.
A casi siete meses del doble homicidio, el caso sigue sin detenidos y el descubrimiento de la verdad parece estar cada vez más lejos.
El 30 de enero, los jóvenes desaparecieron cuando presuntamente se dirigían a un gimnasio y los cuerpos fueron hallados 48 horas después en un terreno cercano a las vías del Tren Roca, en la localidad de Bosques.
El informe forense reveló que la adolescente de 16 años falleció a causa de una “lesión cerebral” provocada por una “fractura de cráneo” y un “traumatismo encéfalo craneal grave”, mientras que el menor de 14 murió como consecuencia de una “hemorragia cerebral”, también con “fractura de cráneo” y “traumatismo encéfalo craneal grave”.
La causa se encuentra caratulada como homicidio criminis causa (matar para cubrir otro delito).