Hay que considerar que la intoxicación es tan silenciosa que los síntomas se pueden confundir con los de un estado gripal, cansancio, fatiga o presión baja.
Con la llegada del frío es obligatorio chequear las estufas, calefactores y artefactos a gas para calefaccionar ambientes antes de ponerlos en funcionamiento para prevenir accidentes y pérdidas que pueden resultar fatales.
El monóxido de carbono es un gas incoloro, inodoro y altamente tóxico, que se produce cuando materiales como gas, madera, carbón o querosene se queman de forma incompleta. Justamente, por no emitir olor, es especialmente peligroso: una persona puede inhalarlo sin darse cuenta y sufrir una intoxicación grave en minutos. Lo cierto es que todos los años se registran casos de personas hospitalizadas e incluso fallecidas por accidentes evitables, relacionados con este gas.
El Ministerio de Salud de la Nación asegura que se registraron cerca de 500 casos de intoxicación por monóxido de carbono desde el inicio de 2024. En 2023, se estimaron alrededor de 40.000 casos anuales en todo el país, con aproximadamente 200 muertes.
Los primeros síntomas que produce la inhalación de monóxido de carbono son dolor de cabeza, mareos, náuseas, vómitos, debilidad, somnolencia y confusión. Si la exposición continúa, puede provocar pérdida de conciencia, daño cerebral o incluso la muerte. Por eso, actuar rápido puede salvar una vida.
En tanto, como en la mayoría de las intoxicaciones, los niños, personas mayores y quienes tienen enfermedades cardíacas o respiratorias están en mayor riesgo de padecer una situación de salud grave por estar en contacto con monóxido de carbono. Hay que considerar además que la intoxicación es tan silenciosa que los síntomas se pueden confundir con los de un estado gripal, cansancio, fatiga, presión baja.
Medidas de prevención
Ante la posibilidad de tener contacto con un artefacto que libere monóxido de carbono, se recomiendan las siguientes acciones:
● Hacer revisar estufas, calefones y artefactos a gas por un gasista matriculado al menos una vez al año, sobre todo al inicio de la estación fría.
● No usar braseros, hornallas ni hornos para calefaccionar.
● Prestar atención a manchas negras, olor a gas o llamas anaranjadas.
● Verificar que haya rejillas de ventilación permanentes.
● Ventilar todos los ambientes diariamente, aunque haga frío.
● Instalar detectores de monóxido de carbono en los ambientes principales.
En el caso de sospecha de intoxicación por monóxido de carbono se debe tomar contacto inmediato con un espacio abierto, al aire libre. Asimismo, se recomienda ventilar el lugar en el que se produjo la pérdida y acumulación de monóxido de carbono. De igual modo, la persona afectada debe acercarse a un centro de salud. (DIB) ACR
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