Alumnos de la secundaria ubicada en Villa Cirio entregaron a autoridades del establecimiento de San Jorge mesas y sillas construidas para el comedor de la institución.
En representación del jefe comunal , Andrés Watson, la secretaria de Educación Andrea Digiobani, remarcó “la solidaridad del alumnado al poner sus saberes a disposición de otras personas”. Además, destacó “la importancia de estar organizadas y organizados como comunidad: el enlace de diversos actores por un fin en común”.
Uno de los estudiantes hacedores, Lautaro Romero, detalló un proceso que inició “cuando el profesor nos explicó esta necesidad”. “Desde que propuso la idea, dijimos que sí de inmediato y pusimos manos a la obra. La Municipalidad colaboró con los materiales, armamos las planillas de corte y le dedicamos tiempo fuera del horario habitual a terminarlo rápido”, contó.
Su compañero, Franco Herrera, recordó: “Estudié en la Primaria Nº61 de El Alpino, sabía muy bien lo que significaba el plato de comida en la escuela, la contención y el refugio a muchos de nosotros”. “Nos enorgulleció la posibilidad de retribuir con algo por todo lo que nos dio la educación pública”, añadió.
La presidenta del Consejo Escolar Claudia Allerbon, valoró el desarrollo de “las prácticas pre-profesionalizantes con el objetivo de ayudar”. Apreció “la voluntad de directivos y docentes en sumarse a este accionar”.
Por su parte, el jefe distrital de Educación -Alfredo Schveizer- resaltó “el trabajo en equipo, codo a codo y la empatía para llevar adelante una labor colectiva”.
El titular a cargo de la E.T. Nº4, Sebastián Castillo, pormenorizó “un proyecto con planificación y ejecución, un aprendizaje nuevo”. Reparó en «una trayectoria propia de la modalidad técnica centrada en el conocer, pero también en el hacer”.
Su par en la E.P. Nº27, Elizabeth Mendoza, evocó la génesis de una articulación que surgió “en una visita del Intendente, cuando comentamos que no teníamos suficientes insumos para una distribución apropiada a fin de brindar el servicio de alimentación”.
Mendoza señaló “con estos recursos cambiamos la dinámica: reducir de tres a dos los turnos para que los niños y las niñas disfrutaran el momento de comer, sin apuros, de manera cómoda”.