«Decidimos cuidarnos entre los vecinos porque acá no nos protege nadie», sentenció una mujer que reside en Ingeniero Allan y cuyo hijo fue víctima de un violento robo en los últimos días. El testimonio da cuenta tanto del malestar como del temor que viven los habitantes de Florencio Varela, quienes denunciaron el desamparo de las autoridades municipales ante los sucesivos y crecientes casos de inseguridad.
En la noche del 21 de febrero, un joven regresaba a su vivienda ubicada en Ingeniero Allan cuando fue cercado por un delincuente, quien a punta de pistola le exigió sus pertenencias. No obstante, el primero se negó a quitarse sus pantalones y fue allí que el maleante colocó el arma de fuego en su sien. Al respecto, Nadia, la madre de la víctima, relató ante Crónica que el ladrón «le gatilló dos veces en la cabeza, pero afortunadamente la bala no salió». «Todo eso pasó porque mi hijo le pidió que no lo dejara desnudo, ya que le había sacado el resto de su ropa», agregó Nadia y completó: «Le dijo a mi hijo corré antes de que me arrepienta de no dispararte».
La mujer reconoció que no es la primera vez que sufren un episodio de inseguridad ya que un grupo de ladrones ingresó a su casa en septiembre. En este sentido, Nadia remarcó: «Hay mucha inseguridad, pero la gente no realiza denuncias por la burocracia que implica hacerlas, el tiempo que tardan y porque realmente no sirve para nada. Prefiere escracharlos en las redes sociales para alertar al resto a los vecinos».

Mario Kanashiro, concejal: Exigen una inmediata reunión con las autoridades municipales, principalmente con el intendente Andrés Watson”
Por su parte, Mario Kanashiro, integrante de la Comisión de Seguridad del Concejo Deliberante, afirmó: «Los vecinos cuentan que al regresar a sus casas luego de hacer un reclamo en el municipio fueron víctimas de inseguridad. Entonces, ya son reacios a hacerlo porque ven que no hay solución».
El robo detallado por la vecina forma parte de una cadena de sucesos similares que se llevaron a cabo en las últimas semanas, con mayor frecuencia y violencia, según detallaron los damnificados. Una muestra de ello tuvo lugar el 23 de febrero en la calle Mármol, entre San Martín y España. Ese día, una banda delictiva irrumpió en una vivienda y sorprendió a sus moradores cuando dormían. Las víctimas revelaron que recibieron golpes y fueron torturadas con una plancha caliente mientras les exigían sus bienes materiales. Por la gravedad del ataque debieron recibir asistencia médica.
En tanto, y simultáneamente, un matrimonio que reside en La Capilla, compuesto por Rosaura y Germán Verón, fue interceptado por cuatro asaltantes armados cuando regresaba a su domicilio. Los delincuentes actuaron a cara descubierta, salvo uno de ellos, y con extrema crueldad, según informó el medio InfoSur. En la misma zona, otro grupo de maleantes ingresó a la iglesia del mencionado barrio y se llevó todos los bienes encontrados en el camino, aseguraron miembros de la comunidad eclesiástico. Al respecto, el concejal Kanashiro afirmó que «los robos más violentos los padecen los quinteros de La Colonia. Les roban la recaudación, bajo amenaza de arma de fuego, aunque en muchos casos no se trató solo de una amenaza, hubo casos de personas que resultaron heridas con balas».
El sinfín de asaltos, robos y ataques impulsó a la Comisión de Seguridad del Concejo Deliberante a exigir una inmediata reunión con las autoridades municipales, principalmente con el intendente Andrés Watson, dado que sostienen estar «a la buena de Dios». En ese marco, Kanashiro reconoció: «Estamos pidiendo que nos expliquen cuál es el esquema de seguridad que emplea el municipio, que nos digan cuáles son los métodos preventivos, si funcionan las cámaras y si existe un mapa del delito, porque algo no está funcionando acá».

UNA DEMANDA DE AÑOS DE LA COMUNIDAD VARELENSE
En cada hecho delictivo de resonancia, los funcionarios municipales desaparecen. Nadie lleva tranquilidad a la población. Esta muy activo el “todo pasa” que supo pregonar con su anillo y a lo largo de su vida Don Julio Grondona.
Los concejales tampoco hablan de la seguridad. La policía no habla de la seguridad e importantes operativos no se conocen. El intendente no habla de la seguridad. Los vecinos están aterrados. Los barrios están a la merced de los arrebatadores y delincuentes que de baja calaña que no tienen empacho en matar a sangre fría, ante el menor movimiento.