Los vendedores informales volvieron al centro de Florencio Varela en estas últimas semanas, a pesar que la municipalidad había decidido liberar el espacio público para su correcto uso, en el marco de la Ordenanza Municipal N°442 de prohibición de la venta ambulante sin autorización. Se observa otra vez el regreso del trabajo informal a las calles de nuestro distrito, sobre todo de aquellos que tienen puestos en las veredas céntricas. El municipio no pudo solucionar esta problemática.
En los últimos meses del año 2022 la comuna realizó operativos periódicos de control de comercialización ambulante, llevados a cabo por personal perteneciente a la Subsecretaría de Inspección General con agentes de la Comisaría Primera y Guardia Comunal en barrio Centro. A raíz de estos procedimientos hubo serios incidentes entre los inspectores que decomisaron mercaderías y los oficiales de las fuerzas de seguridad intervinientes que según una gacetilla oficial, “fueron agredidos físicamente por las personas que desarrollaban dicha actividad ilegal”.
En la actualidad todo cambio. Hasta un móvil de la Guardia Comunal se encontraba el último sábado en horas de la tarde, estacionado en el predio de la estación, en el casco céntrico de Florencio Varela brindando resguardo a la venta ilegal y a los puestos informales de comercialización ambulante en la vía pública. Cuando los efectivos locales deberían hacer todo lo contrario, liberar el espacio público y hacer cumplir las ordenanzas N°442 y la N°3073 en vigencia donde se establece “la prohibición de la ocupación del espacio público, sin autorización, en el radio del Centro.
Algunos vendedores ambulantes son históricos y muchos otros aparecieron nuevamente en los últimos días, pero todos coinciden: «Lo hacemos por necesidad de subsistencia”.
Empujados por la crisis económica, con alta inflación del 8,4 % de mayo 2023, golpea con intensidad a todas las clases sociales, principalmente a los sectores más vulnerables de nuestra sociedad. Debido a la falta de ingresos, sumado al encarecimiento del costo de vida, una gran cantidad de personas busca, con la venta informal, sobrevivir.
Así, en la zona céntrica otra vez va creciendo la cantidad de manteros, vendedores informales o “ambulantes” que se esparcen por diferentes espacios disponibles, donde se puedan acomodar con las mercaderías ofrecidas.
Se dedican a vender diferentes productos, nuevos y usados, por ejemplo en los alrededores de las concurrida estación de Florencio Varela, aprovechando la alta circulación que genera la zona. Sobre las mesas esparcen sus productos que se agolpan uno encima de otro.
Al mismo tiempo, otros vendedores optan por acomodar sus mercaderías prácticamente en el suelo, sobre una tela extendida, sin ninguna protección al igual que la comida rápida. Cualquier rama de árbol, juego de la plaza o tejido de algún terreno , también son utilizados como improvisados percheros para exponer las ropas.
La polémica por la venta ambulante no es nueva en Florencio Varela, pero la actual crisis económica reavivó el malestar: Poco dinero circulante, menos poder adquisitivo de los vecinos y por ende menos ventas, así ante este feo panorama los comerciantes intentan sostenerse y repuntar, pero aseguran que se encuentran en una difícil situación. En este contexto reverdece el malestar de varios por los vendedores ambulantes, que no pagan impuestos y los reclamos constantes generados por la competencia desleal y el impacto que provocan en las ventas de los comerciantes de la zona que compiten en el mismo rubro.
Sin embargo, Directivos de la Cámara de Comercio de Florencio Varela, hacen silencio ante ésta y otras problemáticas que afecta a sus propios pares.
Siendo que en las calles céntricas, situadas sobre avenida Presidente Perón, entre Alberdi, Peatonal Monteagudo, España, avda San Martín y en el playón municipal, se despliegan otra vez los manteros. Hacen de la calle una oferta posible de sus productos mucho más económicos que los que ofrecen los comerciantes dentro del mismo rubro, legalmente instalados y pagando los impuestos.
Una cuestión es la venta de alfajores y garrapiñadas, Pero, otra cuestión mucho mayor es la venta de ropa con marcas falsificadas con evasión de impuestos. Y donde los comerciantes no están en igualdad de oportunidades ya que deben pagar alquileres, empleados, impuestos, etc, etc.
Pero no sólo se limita a la disputa histórica de los vendedores ambulantes con los comerciantes del centro de la ciudad. Hay ciertos vendedores, obvio no todos que no solo no son de Varela, sino lo que es aún más grave venden productos de dudosa procedencia.
¿Solución?
Asimismo, ellos existen porque hay un mercado que los demanda. Hay lugares en nuestra ciudad que disponen de enormes espacios a pocos metros que podrían ser afectados otorgándoles lugares con alguna habilitación especial, lo que ordenaría y responsabilizaría en firmes trabajadores siendo asimismo una buena medida para cortar con los conflictos. También deben ser censados para ser protegidos en su salud y aportando sus tributos como debe ser. Sería una solución para todas las partes.
El contexto actual es muy complejo, pero es el municipio de Florencio Varela, quien debe ordenar y controlar esta situación por demás preocupante, pero el gobierno comunal volvió a fracasar en su intento de desalojar a los manteros del centro varelense. Y la historia vuelve a repetirse.