La víctima contó que recibió golpes en la cara y el tórax y denuncia al local bailable por el hecho. Sucedió en el barrio Villa Angélica, Florencio Varela.
Lo que suponía ser una noche de disfrute y diversión terminó convirtiéndose en un verdadero calvario para Joaquín Arias, de 20 años, que el pasado lunes fue brutalmente atacado por un grupo de patovicas que lo golpearon en un boliche en Florencio Varela hasta dejarlo inconsciente. “Casi más me matan”, aseguró el joven todavía consternado por el hecho.
La agresión ocurrió en la discoteca de San Luis Tennis Club, ubicado en la calle Senzabello al 1900 de Florencio Varela. Fue allí donde la víctima dijo haber asistido junto a su novia y su cuñado apenas pasada la medianoche, con la intención de pasarla bien un rato, sin siquiera imaginarse que las cosas terminarían mal.
Todo comenzó unos minutos después de su ingreso al lugar, cuando -a la espera de la llegada de más personas- Arias aprovechó para ir al baño junto al hermano de su pareja. No fueron solos: detrás de ellos entró un grupo de al menos seis patovicas que los increparon adentro, según denunciaron.
“No pueden estar acá en esas condiciones”, les dijo el personal de seguridad al encontrarlos. Fue lo último que escuchó el joven antes de que este junto a otros cuatro hombres de gran contextura física comenzaran a pegarle hasta dejarlo en estado de inconsciencia.
En diálogo con el canal de noticias TN, la víctima relató lo sucedido: “La idea era salir a bailar el lunes 3 con mi novia y mi cuñado. El boliche abre a las 12 y nosotros entramos tipo 1:15. Vamos al baño los dos juntos y entran seis u ocho patovicas. No recuerdo mucho porque de la golpiza que me dieron me dejaron inconsciente”, comenzó diciendo.
Aún con la cara golpeada e hinchada y padeciendo dolores articulares en el resto del cuerpo, el joven continuó detallando el ataque que sufrieron en el único lugar del boliche en el que no hay cámaras de seguridad.
“Después de entrar, un patovica canoso y alto nos empezó a decir que no podíamos estar en el baño en esas condiciones. Nosotros no estábamos ebrios. No llegué a darme vuelta que me agarraron del cogote a mí y a mi cuñado. A mi entre cuatro o cinco. Uno me empezó a golpear de una manera que no podía ni respirar. Además de no respirar me tenía que aguantar todos los golpes que me daban. Me dieron rodillazos y patadas por toda la cara y me dejaron así, con la cara destruida”, dijo.
En compañía de su novia y su padre, que lo acompañó a hacer la respectiva denuncia a la comisaría de la zona, Arias añadió: “Todavía no entiendo porque nos sacaron del boliche. Vengo a dar la cara para que me den una explicación porque no me dejaron ni defenderme. Lo mismo mi cuñado que lo agarraron entre tres. Están entrenados para matar parece”.
Luego del ataque, la víctima fue sacada del boliche con ayuda de otras personas y recién en la calle logró estabilizarse y recuperar la noción.
Ahora, con la denuncia ya hecha, tanto él como su familia le reclama a las autoridades del boliche que se hagan cargo de lo sucedido y que muestren las cámaras de seguridad que, si bien no podrán mostrar el momento exacto de la agresión, sí deberían tener grabado el momento en el que los patovicas ingresar a los sanitarios tras ellos.
“Hicimos la denuncia, la tengo acá. Joaquín fue al médico, se hizo placas, se revisó con un montón de especialistas porque tenía dolores en los pulmones y costillas, se hizo tomografías. No se le veía el ojo, pensamos que había perdido la visión. Ese día entre las cuatro y cinco de la mañana nos enteramos que a otros chicos les hicieron exactamente lo mismo”, agregó su padre.
La víctima finalmente concluyó: “Sentí que me podrían haber matado. Cuando me empezaron a pegar se me cruzó mi familia, mis hermanos, todo junto. No sabía si iba a poder salir de esa. Te da impotencia no poder hacer nada. Queremos que hagan algo”.