Paula Blanco es una de las tantas mujeres que se encuentran abandonadas por el Estado. Tras haber denunciado al ex concejal Daniel Zisuela, quedó desempleada, sin policía y recibiendo reiteradas amenazas.
Su historia es igual a la de tantas otras mujeres, quienes exigen ser escuchadas y tenidas en cuenta, sin embargo nada parece cambiar. Paula Blanco, había sido víctima de trata, del ex concejal de Florencio Varela, Daniel Zisuela desde el2013 al 2018, gracias a que ella se animó a denunciarlo, varios casos salieron a la luz. Aunque más allá de su valor, por haber hecho público su testimonio, su vida cayó en un espiral descendente.
Tras el fallo condenatorio, la situación quedó muy lejos de mejorar, por lo que las víctimas se vieron nuevamente afectadas. Principalmente por las reiteradas amenazas que reciben cotidianamente. Sin embargo, en el caso de Paula, tuvo que afrontar la pérdida de su hermano Marcelo Blanco, por quien exige que la Justicia responda.
Por otro lado, manifestó que se siente desprotegida, no solo ella sino también su hijo y su sobrino (el cual tiene una discapacidad). Además de que, tras haber denunciado y encabezado el proceso judicial contra el ex funcionario del distrito, jamás recuperó su empleo. Como así también, tampoco se hizo realidad el sin fin de promesas que le hicieron, puesto que jamás recibió ningún tipo de asistencia por ningún espacio.
Blanco pide una entrevista con el intendente Andrés Watson para que le pueda otorgar un trabajo, así lo expresó a La Colmena.
Una vida en busca de justicia
Luego de haberse animado a alzar la voz, para denunciar los abusos a los que fue sometida, su vida se vio gravemente afectada. Puesto que ni el Estado ni la Justicia supieron cuidar de ella ni de su familia. Ya que, tras varios meses de haberse hecho efectivo la pena para Zisuela, Paula sigue recibiendo amenazas por parte de este. Si bien, también cuenta con custodia policial, pero frente a las narices de sus protectores su hermano supuestamente se quitó la vida, algo que no es casualidad según manifestó.
“Después del juicio, el 2 de noviembre del 2021, encuentro a mi hermano sin vida en mi domicilio” comentó Paula Blanco a El Bonaerense y agregó: «Contaba con custodia policial, pero nadie vio anda. Llegue ese día a mi casa y me encuentro con él colgado, sin vida en la entrada, no había indicios, ni nota, nada que estableciera que fue un suicidio”.
Tras este nuevo golpe, Paula se sintió destrozada, se encontraba shockeada, teniendo que encargarse del cuerpo de Marcelo. Como así también, tener que hacerle nuevamente frente a una justicia, que por mucho tiempo jamás la escuchó.
“En la fiscalía se movieron con muchas irregularidades, la policía no acordonó el lugar, no resguardo pruebas absolutamente nada”, recordó con dolor. Asimismo, aseguró que su hermano había mantenido una relación con una chica, quien tras lo acontecido desapareció casi completamente. Más allá de los intentos de Paula, de que ella fuera parte de la investigación y diera testimonio, la joven se negó rotundamente, dejando que el caso simplemente se estancara.
.Una nueva causa
Asimismo, tras lo acontecido, Paula recibió la pericia toxicológica de Marcelo la cual dio negativo a todo tipo de sustancias. “Ahí quedó asentado que mi hermano no estaba drogado como ellos dijeron, porque desde un principio se dieron a la tarea de difamar, tanto en la comisaría como en la fiscalía”, denunció.
Por otro lado manifestó: “Venía recibiendo amenazas desde la cárcel por parte de Zisuela, por eso tenía el rondín policial y llamados telefónicos desde la Fiscalía para ver si estaba bien o mal”, comentó Paula con dolor y agregó: “La verdad es que no me siento protegida con esa custodia, porque incluso con la presencia de ellos pasó lo de mi hermano, hoy por hoy tengo dos criaturas, incluyendo al hijo de Marcelo”.
Encontró a su hermano sin vida en su casa con custodia policial.
Entre tanto, manifestó que, tras varios años de lucha y de hacerle frente a la Justicia, actualmente se siente sola y desprotegida. Teniendo que hacerle frente a la adversidad y ante una sociedad que durante un tiempo le tendió la mano y que actualmente le da la espalda, como a tantas otras víctimas.
Cabe señalar que, ante esta situación estableció que: “Me siento usada, porque primero que me dejaron sin trabajo, tengo una vida miserable, tengo que pagar mis tratamientos y la verdad que ninguno de todos aquellos que alguna vez estuvieron hoy no están a mi lado”, denunció.
Asimismo, exclamó: “Quiero justicia por mi hermano, esto no puede quedar impune, quiero limpiar su nombre y el mío, porque somos dos víctimas”. Entre tanto concluyó: “No tengo una vida normal, es un derecho que es mío y no me lo podían haber sacado, quiero que se hagan responsables los que se tengan que hacer responsables. Porque si es un delito decir la verdad, entonces no existe la justicia” . (Fuente: El Bonaerense)