El alto prelado, integrante de la Mesa del Hambre, pasa por alto en sus homilías el aumento de la pobreza en Florencio Varela , Berazategui y Quilmes. Asumió la Diócesis de Quilmes en Noviembre de 2011. Los pasos de Jorge Novak que no se siguen.
En la Homilía del Viernes Santo realizada el 1 de abril en la Catedral de Quilmes, el Obispo Carlos Tissera no hizo referencia al aumento de la pobreza en Florencio Varela, Berazategui y Quilmes. Es más desde que asumió la Diócesis de Quilmes, en noviembre de 2011, sus prédicas nunca hicieron mención a la pobreza ni a la corrupción de la región.
Pero a 20 días de los comicios generales en octubre de 2019 el riocuartense Carlos «Cacho» Tissera (presidente de Cáritas Nacional),estuvo sentado a la izquierda de Alberto Fernández cuando se presentó «Argentina sin hambre», un programa para garantizar alimentos básicos donde se señaló que «los pobres son los más débiles, los más olvidados».
Sin embargo la pobreza en la Argentina , según el INDEC, aumentó en el segundo semestre del 2020 y alcanzó en todo el país el 42%, mientras que la indigencia llegó al 10, 5%. En el conurbano bonaerense la pobreza es del 51,2%. Si se analiza por edades, los datos actuales muestran que más de la mitad de los niños del país son pobres. La pobreza infantil ascendió en el segundo semestre a 57,7%, mientras que la indigencia en los menores llegó en este período al 15,7%. Se trata del rango etario más afectado en ambos indicadores. Son pobres 19 millones de ciudadanos que quedaron bajo la línea de pobreza al no poder cubrir el costo de la canasta básica. Por otra parte, la indigencia se ubicó en el 10,5 por ciento, frente al 8 por ciento de hace un año. Los valores de finales de 2020 son los mayores desde 2006.
Cabe resaltar que desde la Diócesis se recuerda y se invoca al Obispo Jorge Novak., ya que durante su ministerio episcopal se caracterizó por su opción preferencial por los pobres, la causa de los derechos humanos, el diálogo ecuménico y la creación de numerosas parroquias y capillas, así como el despliegue de muchas iniciativas de atención religiosa y de promoción humana, que evidenciaron rápidamente el espíritu profundamente virtuoso de Jorge Novak.
Homilía del Viernes Santo
Celebración de la Pasión del Señor
Iglesia Catedral – Viernes 02 de abril de 2021:
“ En la Celebración de la Pasión del Señor celebrada en la Catedral de Quilmes, el Padre Obipos Carlos Tissera compartió que “Jesús se ha identificado con el dolor y el sufrimiento de la humanidad. No caigamos en la miseria de mirar para otro lado.” Y también que “Al mirar a Cristo en la cruz, vemos el dolor y la angustia de los enfermos, el cansancio y fragilidad de los que asisten y cuidan de ellos; la angustia de los que ven quebradas sus empresas y la pérdida del trabajo; en Jesús crucificado vemos la cruda realidad de los despreciados, calumniados y maltratados, la de los descartados y marginados; vemos en Cristo a los perseguidos por luchar por la justicia y la fraternidad.”
La Iglesia, según una antigua tradición, ni hoy ni mañana celebra los sacramentos. El altar permanece despojado.
El gran signo es la Cruz, el Cristo crucificado, Sacramento del Padre.
La gran misericordia de Dios revelada en Jesús. Como lo anunciaba el profeta Isaías: “El fue traspasado por nuestras rebeldías y triturado por nuestras iniquidades. El castigo que nos da la paz recayó sobre él y por sus heridas hemos sido sanados” (Is. 53, 5)
Dios ha visto nuestra miseria y se ha compadecido.
Es el mismo Jesús que un día en Galilea, al desembarcar, “vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor…” (Mc. 6, 34)
Jesús ve y se compadece. Se comporta como el buen samaritano de la parábola. Otros habían pasado por el camino, vieron al hombre casi muerto a la orilla y pasaron de largo. “Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovió” (Lc. 10, 33)
Veamos a Cristo en la cruz y conmovámonos. En toda la tierra hoy la Cruz es levantada en alto para ser adorada. “Éste es el árbol de la Cruz donde estuvo suspendida la salvación del mundo”. “Vengan y adoremos”.
Ayer adoramos a Jesús en la Eucaristía. Hoy adoramos la santa Cruz.
También nosotros, como Jesús: veamos y dejémonos conmover viendo tanto amor, tanta misericordia. “No hay amor más grande que dar la vida por los amigos” (Jn. 15, 13)
No nos dejemos ganar por la indiferencia; no miremos al costado.
Vivimos la gran tentación de no querer ver, de no querer mirar el dolor; vivimos en una sociedad que “busca construirse de espaldas al dolor” (Francisco. Fratelli Tutti, 65)
Jesús se ha identificado con el dolor y el sufrimiento de la humanidad. No caigamos en la miseria de mirar para otro lado. “Con sus gestos, el buen samaritano reflejó que la existencia de cada uno de nosotros está ligada a la de los demás: la vida no es tiempo que pasa, sino tiempo de encuentro” (FT 66)
Ver y compadecernos, como Jesús, como el buen samaritano.
Al mirar a Cristo en la cruz, vemos el dolor y la angustia de los enfermos, el cansancio y fragilidad de los que asisten y cuidan de ellos; la angustia de los que ven quebradas sus empresas y la pérdida del trabajo; en Jesús crucificado vemos la cruda realidad de los despreciados, calumniados y maltratados, la de los descartados y marginados; vemos en Cristo a los perseguidos por luchar por la justicia y la fraternidad.
En Jesús entregado en la Cruz, vemos al Servidor, al que hizo de su vida un servicio para los demás. Él nos inspira y nos muestra un camino para mirar hacia adelante en esta crisis de la humanidad. La actitud del buen samaritano “nos muestra con qué iniciativas se puede rehacer una comunidad a partir de hombres y mujeres que hacen propia la fragilidad de los demás, que no dejan que se erija una sociedad de exclusión, sino que se hacen prójimos y levantan y rehabilitan al caído, para que el bien sea común. Al mismo tiempo, la parábola nos advierte sobre ciertas actitudes de personas que sólo se miran a sí mismas y no se hacen cargo de las exigencias ineludibles de la realidad humana”… “Nos revela una característica esencial del ser humano, tantas veces olvidada: hemos sido hechos para la plenitud que sólo se alcanza en el amor. No es una opción posible vivir indiferentes ante el dolor, no podemos dejar que nadie quede “a un costado de la vida”. Esto nos debe indignar, hasta hacernos bajar de nuestra serenidad para alterarnos por el sufrimiento humano. Eso es dignidad” (FT 67. 68)
¡Te adoramos Cristo y te bendecimos! ¡Porque por tu santa Cruz redimiste al mundo!”
+ Carlos José Tissera
Obispo de Quilmes