El chalet de la calle Belgrano al 400 de Villa Vatteone está cerrado, pues toda la familia ha fallecido. Un cartel anuncia que es Patrimonio Municipal. El HCD no tuvo participación.

Los vecinos barrio Villa Vatteone se preguntan quién colocó un cartel con una foto de Adrianita en la puerta de entrada a la vivienda situada en la arteria Belgrano 441 donde se lee: “Esta casa es Patrimonio Municipal de Florencio Varela. Acá vivía Adrianita Tadei. La santita de Varela”.(sic)
Nadie sabe concretamente a quién pertenece la amplia y costosa propiedad, donde vivió la familia Taddey, cuyos integrantes están todos fallecidos, ubicada sobre la calle Belgrano entre Pueyrredon y Gentile del coqueto barrio Villa Vatteone, en Florencio Varela.
En un misterio el que ronda esta propiedad y por lo que se sabe no habría herederos. La ley establece que a falta de los mismos, los bienes corresponden al Estado.
La Colmena pudo saber que Liliana Taddey, hermana de Adrianita, ex empleado municipal, comentaba a sus allegados que la casa de sus padres quedaría en donación para la parroquia San Juan Bautista o Santa Lucía”.
Tampoco se trató este tema en el concejo deliberante. Y no hay un cartel oficial del Municipio de Florencio Varela que declare que este bien material es Patrimonio Municipal.El cartel colocado no tiene logo del municipio varelense. ¿Quién se tomo la atribución de anunciar que el bien pertenece al Estado? ¿Qué hay detrás de esto? ¿El Cartel será motivo para espantar a posibles usurpadores?

Un poco de Historia:

Adrianita Taddey murió en 1969, a los 11 años. Dicen que en vida curaba enfermos y miles le siguen pidiendo por una curación y la consideran una santa que hace milagros porque fue elegida por Dios. Tuvo una vida de sufrimientos rodeada de misterio. Nació el 4 de noviembre de 1957 en Florencio Varela.
En las Pascuas de 1961, Adrianita, que tenía tres y años y medio, se sintió mal. La llevaron a una clínica de Villa Vatteone y un médico le aplicó una inyección. La nena se puso morada y para todos los presentes había muerto. Increíblemente despertó, pero mal. Estaba parapléjica.
Fue el comienzo de su calvario y al mismo tiempo de sus milagros. La trasladaron al Hospital de Niños de la Capital, donde estuvo 56 días internada. Los doctores no le dieron esperanzas. Pero una noche, de repente, todo cambió.
Su madre Antonia llegó una mañana al hospital y la vio rozagante. Adrianita le contó: «A la noche vino a buscarme una señora alta, con vestido largo y el pelo también largo, y una cara muy linda. La rodeaba una luz. Dijo que era la Virgen María y me llevó a pasear al parque donde hay un gato grande. Dijo también que va a estar siempre a mi lado cuidándome».
Los padres de Adrianita fueron al jardín del hospital y encontraron que un gato muy grande vivía allí. La nena nunca lo había visto antes de contar su historia, entre otros misterios que rodearon a la niña.
Su familia decidió entonces llevar un puñado de medallas de la Virgen Milagrosa y las puso bajo la almohada de Adrianita. Cada vez que en la sala había un chico gravemente enfermo la nena pedía que sacaran una de las medallitas y la pusieran bajo la almohada del chico. Que se curaba milagrosamente.
Los médicos empezaron a llamarla la Santita de Varela. Adrianita se recuperó milagrosamente y volvió a su casa. Gracias a un raro medicamento traído de Rusia, la Flor de las Nieves (no estaba aprobado y fue experimentado sobre ella), volvió a caminar.
Y empezó a llegar gente a su casa, para que Adrianita curara sus enfermedades. Era un largo peregrinar de desesperados que se iban sanados de sus males.
En el colegio, Adrianita fue una excelente alumna con doble tarea: estudiar y sanar a los demás. Hasta que le tocó el turno para aplicarse la vacuna triple. Su dosis estaba fallada. A las 4 de la mañana del domingo 4 de mayo de 1969, falleció. Y Su mito se agigantó.
Desde entonces son miles de vecinos que cada año pasan por su bóveda, ubicada en el cementerio municipal de Varela para dejarle flores y agradecimientos por cumplir sus pedidos milagrosos.