La nueva onda de los jóvenes es organizar estos encuentros festivos con todo el riesgo de propagación del virus que ello: “Vamos a una clande” , la cita juvenil del finde.
Numerosos jóvenes en Florencio Varela y zonas aledañas están organizando “fiestas clandestinas” , encuentros inquietantes en la que asisten numerosos jóvenes a pesar de que están prohibidas (quizás sea por ello, ya que todo lo que no está permitido atrae). Al respecto el municipio en las últimas semanas viene realizando clausuras a través de agentes de la subsecretaría de Inspección General, debido a que las mismas “se desarrollaban sin medidas de seguridad ni respeto a las normas que procuran evitar contagios de Coronavirus”, se lee en las gacetillas de prensa oficiales.
Las reuniones clandestinas se llevan a cabo en diferentes lugares del distrito. En tiempos de restricciones, las fiestas clandestinas cobran protagonismo como nunca antes. Es que, con los boliches cerrados y los eventos suspendidos, las nutridas reuniones –que incumplen las medidas sanitarias recomendadas por la secretaria de salud- se constituyen como una nueva moda para los jóvenes y un desafío para las autoridades que deben desactivarlas.
Este tipo de encuentros se dan de varias maneras: desde los más caseros en SUMs, garajes , patios o terrazas de casas particulares y casas quintas, que pueden albergar entre 50 , 100,200 o más personas, hasta eventos más organizados donde alguien alquila un lugar, convoca, contrata un DJ y vende entradas y bebidas. La nueva modalidad se da como juntadas espontáneas donde un grupo se convoca en un lugar público y cada uno lleva su bebida y la música la ejecuta un DJ. El evento se va corriendo de boca en boca y se va juntando más gente o por las redes sociales.Esta situación se ha convertido en una peligrosa tendencia. Si bien los contagios por coronavirus están bajando en las últimas semanas en vísperas de las fiestas y las vacaciones este tipo de encuentros ilegales donde participan jóvenes, adolescentes y en algunos casos menores va en aumento.Si bien el retorno de los boliches es muy complicado porque el control dentro de los mismos es de difícil cumplimiento, ya que con el alcohol de por medio, se pueden perder los parámetros del distanciamiento. Pero al aire libre hay menos chances de contagios, y como esta prohibido es obvio que habrá un pico de fiestas clandestinas, como ya pasa ahora. Esta práctica de jóvenes es una riesgosa experiencia, pero es muy complicado luchar contra la biologá de lo que representa la juventud, y por lo que se observa, prohibir no da resultados, lo ideal sería que como sucedió con otros rubros, como los bares, en espacios a cielo abierto, al aire libre para que los jóvenes vuelvan a salir en un marco responsable y con todos los cuidados sería lo más razonable.