POR DARDO OTTONELLO
Desde siempre los varelenses cruzamos las vías del Roca por el paso peatonal ubicado al lado del viejo Tanque de la Estación, que es la continuidad y conexión de las calles Fonrouge (ex Tucumán) y Alberdi.
Pero hace unas semanas nos vimos sorprendidos por el intempestivo cierre de los dos accesos a ese paso, mediante la colocación de caños y rejas; y sin ninguna consideración, ni indicación, hacia los miles de vecinos que diariamente deben dirigirse a uno u otro lado de las vías.
Sin ese indispensable paso, desde la barrera de Pringles-Entre Ríos hasta el Bajo Nivel de San Martín-Eva Perón (situados a más de 500 metros), no existe otra forma de cruzar que usando el Túnel de la Estación, y cualquiera sabe que por sus escaleras no pueden transitar las personas de avanzada edad o con dificultades motoras, ni las madres con cochecitos de bebés, o quienes circulan en bicicletas, y mucho menos en sillas de ruedas
Además, como todos también sabemos, por elementales razones de seguridad nadie quiere pasar por el Túnel durante las horas nocturnas.
Como consecuencia directa de la situación descripta un panel del paredón situado junto al Playón de la Feria fue derribado, y el alambrado y cerco ubicados del otro lado de las vías fueron cortados, abriéndose de hecho un nuevo paso peatonal absolutamente improvisado, incómodo, difícil y peligroso.
Alertadas, las autoridades del Ferrocarril resolvieron extender aún más el enrejado, y con esa decisión provocaron que, mediante nuevo corte de alambrado y cerco donde terminan las rejas, se reabriera un “nuevo paso peatonal”.
Dado que para acceder a este “nuevo paso” además de recorrer una gran distancia de tierra, de caminar entre yuyos, sobre durmientes y rieles, es necesario atravesar una zanja ancha y profunda, el cruce de las vías se ha convertido en una pequeña pero peligrosa travesía, sobretodo para personas con limitaciones de movilidad o con chicos, y ni hablar cuando llueve.
No se entiende el razonamiento ni los criterios de las autoridades ferroviarias, porque si después de 40 o 50 años llegaron a la conclusión de que el paso peatonal existente era peligroso, la decisión que tomaron genera muchos más riesgos y toda clase de inconvenientes; y si lo hicieron con la intención de impedir el acceso a los andenes de pasajeros que no pagan el viaje y eluden los controles, deberían tomar medidas adecuadas a ese fin, pero sin complicarle la circulación, ni poner en peligro la integridad física de, repito, miles de vecinos que deben ir y venir de un lado al otro de las vías.