Falta de prevención y control
Se conoció clausuras a comercios por cobrar adicionales en las Tarjetas Alimentar, pero se dejó de lado, sanciones municipales por la venta de alcohol en fiestas clandestinas, ni a comercios. Tampoco se conocen operativos ni test de alcoholemia a conductores, se sabe que la ingesta de bebidas alcohólicas y el manejo no son acciones compatibles. Es que si bien se sabe que las consecuencias de manejar bajo los efectos del alcohol pueden ser mortales, muchas son las personas que creen poder «dominar» la situación y ponen en peligro su vida y la de terceros. Los operativos contribuyen nada y nada menos que a la seguridad de los ciudadanos, pero en nuestro distrito brillan por su ausencia.
Dicho esto y considerando el tema de la nota sobre las fiestas clandestinas en nuestro distrito, los organizadores aprovechan la «zona liberada». Se repiten en quintas, hasta donde llegan menores de edad, a través de las redes sociales, y donde circulan drogas y alcohol sin control. Las autoridades, bien gracias.
El descontrol es la palabra que define la situación en cuanto a que crece las organizaciones de fiestas clandestinas en el distrito. El gobierno municipal de Florencio Varela, más exactamente desde el área de gobierno, a cargo Christian Rodríguez no se ve ni se conoce un plan de fondo para evitar las masivas concentraciones de jóvenes en propiedades particulares, sobre todo quintas, pues tampoco se conocen sanciones a través de operativos.
En Florencio Varela hay acciones que no tienen explicaciones lógicas y la contradicción se hace notable. Se realizan clausuras a comercios por cobrar adicionales en las Tarjertas Alimentar, estos procedimientos no están desacertados, pero se deja de lado otros graves problemas. Ni hablar de realizar test ni controles de alcoholemia, el último se hizo en enero 2018, a cargo de Roberto Marcelo Tucci, subsecretario de Seguridad comunal. Tampoco se hacen controles en los alrededores de los lugares donde se vende y promociona las cervezas artesanales, que corren como agua, pero no se ven los inspectores municipales del área de Inspección General para controlar la venta de bebidas alcohólicas.
Desde la comuna reiteramos, no ven medidas de fondo, es más no parece emerger una mano firme por parte del secretario de gobierno, Rodríguez dispuesto a cambiar las cosas. para pensar en revertir una situación que lleva tiempo y se agrava cada vez más los fines de semana.
LAS FIESTAS
En Florencio Varela no hay una ordenanza para regular y suplir el vacío legal existente, pues sería otra herramienta más para que el municipio pueda utilizar su poder de policía respecto al control, prevención y sanción de este tipo de eventos excepcionales de diversión organizados en inmuebles privados ya que se multiplicaron las fiestas clandestinas en distintas partes de la ciudad y, aprovechando las altas temperaturas, sobre todo se organizan en casaquintas.
Cabe destacar que Florencio Varela fue noticia en diarios nacionales semanas atrás por una fiesta clandestina que se convirtió en una verdadera batalla campal, en la que un joven terminó internado tras recibir una brutal golpiza, con botellazos y patadas en la cabeza, al tiempo que un efectivo de la Guardia Comunal del municipio también debió ser hospitalizado con una fuerte contusión en la cabeza, cuando el móvil en el que se trasladaba fue atacado con piedras y botellas. Tras el asesinato de Fernando Báez Sosa en manos de una patota de rugbiers en Villa Gesell puso en el ojo de la tormenta los peligros a los que se exponen los jóvenes en la noche. Pero desde Seguridad, una vez más, «se hizo la plancha»…
A lo largo y ancho de nuestra ciudad , durante este verano, se sucedieron los encuentros juveniles, convocados a través de mensajes y cadenas de whatsapp y las redes sociales.
En muchos predios, las fiestas tienen lugar en forma habitual, para horror de vecinos que ven transformadas sus tranquilas calles en pistas de carreras y no pueden conciliar el sueño por la música alta y el desfile constante de gente.
Y los chicos se enteran siempre dónde está el lugar de concentración de turno. Pero las autoridades municipales son como el cornudo de la película, allá van al final del carro y llegan para los postres -si llegan-.
Por eso, este verano la vedette fue el descontrol. Vía libre para el alcohol, los peligros, las concentraciones no autorizadas, las molestias a vecinos y todo sin aplicación de normas ni controles.
Acá en Florencio Varela, como en la selva, vale todo.
En cualquier otra comuna que funcione, desde esta área debería hacerse un «trabajo de inteligencia» los viernes y sábados por la tarde, sobre todo. Esto implica «un par» de inspectores motorizados recorriendo las zonas ya definidas, atentos al desembarco de alcohol en grandes cantidades o equipos de música o cualquier otro elemento que pudiera hacer pensar en una utilización nocturna. También existe la posibilidad de efectuar una minuciosa búsqueda por las redes sociales: siempre hay un dato que se filtra al público: entradas a la venta, convocatorias, mensajes… pero parece que no hay nadie en el municipio que pueda cumplir esta tarea de pesquisa.
En gobierno que tiene bajo su órbita Inspección general, Seguridad y seguridad vial … El municipio está haciendo agua. (HD)