Cuando a la pobreza se la discrimina, humilla y vulnera:

Numerosas familias de la Cava de Caacupé de Florencio Varela están con sus casas bajo agua. Después de 11 años de promesas por parte del Estado Municipal de mejoras o traslados de las familias a un mejor lugar, todo sigue igual.
“En este lugar viven en condiciones precarias 280 familias, con falta de desagües que impidan las inundaciones, falta de agua potable y viviendas dignas. Caacupé se encuentra en un pozo a 5 metros de profundidad, los cableados son precarios lo que aumenta el riesgo de accidentes, la humedad y la falta de recolección de residuos y el desborde de pozos ciegos, multiplican las enfermedades de grandes y niños, que ya se cobró la vida de numeroso bebes en estos 11 años de olvido y desidia de los gobiernos nacional, provincial y municipal. Allí viven en condiciones verdaderamente infrahumanas, se encuentran asentadas alrededor de una cava, sin ningún tipo de servicios y sin siquiera caminos para comunicarse con otros vecindarios.
Cabe recordar que en el año 2007, sin otra opción, se instalaron en el mencionado asentamiento, las primeras personas como consecuencia de la crisis habitacional que padece el distrito. Desde entonces se cuadriplicó la cantidad de habitantes, que construyeron sus humildes viviendas en un territorio no apto para tal fin.
En casi 11 años, los vecinos recibieron todo tipo de promesas por parte de funcionarios del Municipio de Florencio Varela, quienes incluso les entregaron actas de compromiso firmadas para la realización de mejoras en el barrio.
Sin embargo, nada de eso se cumplió, continúan en estado calamitoso y «tapados» por el agua.

Pedidos desde el hcd en el 2016

En octubre del 2016 desde el parlamento local los ex concejales Dardo Ottonello y Gualberto Ríos solicitaban “al Ejecutivo municipal el máximo posible de los recursos económico, logísticos y humanos para lograr una solución definitiva al problema de hábitat de esa zona», «hace años el Ejecutivo municipal se fue comprometiendo con distintas medidas que nunca se tomaron». «La gente está angustiada y se siente olvidada», expresaron. Establecían los ex ediles que esta “Inciativa fue para mejorar el hábitat de 400 familias, en la conocida «Cava de Caacupé», donde enfermedades, falta de servicios básicos son el común en estas parcelas. Además de la consabidas inundaciones.

En junio del 2017 mediante una carta enviado a los medios de prensa, los vecinos de la barriada expresaban lo siguiente:

Somos vecinos del asentamiento de la Cava de Virgen de Caacupé los que una vez más pedimos ayuda de las autoridades, que están empecinadas en no ayudarnos por más que nuestro barrio salga en la televisión dando lástima para el país por las condiciones en que vivimos. Ni los concejales de Varela se acercan para ayudarnos. Hoy que el señor Alaniz dice estar con los pobres, le pedimos que se acerque. Necesitamos la bomba permanente para sacar el agua de la laguna. Necesitamos ayuda para las familias afectadas por el agua. Nos prometieron en una reunión en el municipio por mejoras de accesos. Poco se hizo. Necesitamos luces, porque de noche la inseguridad está en todos lados. Pero hay algo que pedimos que es imposible de lograr. Pedimos que el intendente de este pueblo nos reciba, que hable con la gente que lo vota. Pedimos por favor, desde hace casi 10 años que nos atiendan. Que se apiaden de nosotros, porque para nuestro barrio construyeron un complejo para sacarnos de esta cava y quedó abandonado. Gracias.

Año 2018 los vecinos piden ayuda al municipio

El martes pasado 13 de noviembre en horas de la mañana, un grupo de 10 vecinos (la mayoría mujeres y niños) que viven en la Cava de Caacupé luego de las lluvias que se suscitaron el último fin de semana, varias familias están con sus casas bajo agua. Por eso fueron a las puertas del municipio para pedir ayuda “ por caños y 100 metros de manguera” que necesitan con urgencia para que sean colocadas en la bomba cedida por AySA para que baje el nivel de agua. No solo nadie los recibió sino un agente de la policía de la comisaría 1ra. les pidió arbitrariamente a cada uno que se identifiquen ¿por y para qué? si los vecinos no estaban cometiendo delito alguno ni nada de lo que se les parezca. Reclamaron tan solo y tan poco como una manguera para sufrir lo menos posible, las consecuencias de lo que significa tener el agua en sus humildes viviendas…

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  Los vecinos, la mayoría niños y mujeres, fueron al municipio a pedir una manguera.

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  Uno de los niños de la zona inundada mira a los policías apostados en la entrada del edificio municipal.

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