Vecinos de Florencio Varela denunciaron que el jubilado Ramòn Horacio Sotelo, de 66 años, esperó por más de dos horas en la sucursal de Alberdi y lo mandaron a otra sucursal del Banco Supervielle por falta de efectivo. El anciano intentó tomar el camino que le habían indicado, pero se desplomó y falleció en la vereda
En casi todos los bancos, el panorama es lamentable. Es frecuente ver a decenas de abuelos esperar por horas en las puertas de los bancos hasta que abran las puertas y luego seguir esperando por horas para cobrar sus jubilaciones y pensiones.
Ademàs aquellos jubilados que necesitan sacar un turno para acreditar la supervivencia, sólo pueden acceder a una cantidad limitada de números por día. Los que llegaron a determinado horario de la mañana es casi seguro que no podrán acceder al tan preciado reconocimiento para poder continuar cobrando su jubilación.
Vecinos de Florencio Varela denunciaron que el jubilado esperó por más de dos horas en la sucursal de Alberdi y lo mandaron a otra sucursal del Banco Supervielle por falta de efectivo. El anciano intentó tomar el camino que le habían indicado, pero se desplomó y falleció en la vereda. Un hombre de 66 años identificado como Ramón Horacio Sotelo, falleció este viernes al mediodía mientras intentaba cobrar su jubilación en la sucursal de Alberdi de Florencio Varela, en medio de un dìa de calor insoportable.
Según relataron los vecinos, el abuelo esperó horas en el banco de Aristóbulo del Valle y Alberdi, lugar donde siempre cobraba. Autoridades le pidieron que vaya a otra sucursal de la calle Monteagudo por falta de personal en las cajas. El hombre intentó llegar a la sucursal indicada, pero se desplomó y murió a pocos metros de la sede bancaria
Interviene en el hecho la fiscalía 1 de Florencio Varela y la causa quedó caratulada como “averiguaciones de causales de muerte”
Los jubilados no se animan ni con el cajero ni con las tarjetas de débito
El uso de los medios de pago electrónicos e incluso las extracciones de dinero por cajero automático siguen siendo una materia pendiente para quienes cruzan la barrera de los 60 años, y más todavía cuando pasan los 75. Según la Encuesta Nacional sobre Adultos Mayores que elaboró el Instituto Nacional de Estadística y Censos, apenas 36 por ciento usa el cajero automático por sus propios medios. El 64 por ciento no lo utiliza y, entre estos, cuatro de cada 10 prefieren retirar el dinero por ventanilla. El uso del cajero es de apenas 18,4 por ciento entre quienes tienen menos de 75 años y mejora cuando hay condiciones socioeconómicas y educativas más altas. Si bien la encuesta es de 2012, la relaciòn no cambiò.
¿Por qué no se animan?
Tanto bancos, Pami y Anses han hecho esfuerzos para acercar a los jubilados al uso de, al menos, el cajero automático. Para muchos, no han sido suficientes. Quizàs no usan al cajero por miedo.
“Les da desconfianza, es un proceso invisible que hace que se tenga o no se tenga el dinero en la mano… les da pavor; piensan que al no verlo y al no haber humanos, nadie se hace responsable”, según manifiestan profesionales especializados de la 3ra edad.
Pero hay algo más. “La ida al banco es una excusa mensual para entablar contacto con el otro. No es una resistencia a las nuevas tecnologías, sino que se resisten a frivolizar ese contacto que les permite, al menos una vez al mes, modificar su rutina.
“Si los bancos se dieran cuenta de que el abuelo prioriza la humanización del servicio, deberían humanizar el cajero, que haya azafatas que ayuden”.
Todos coinciden en que, en una década, este problema será mucho menor. “Pero a esta generación hay que ayudarla”. Ahí aparece “la red”: nietos, hijos, vecinos, el comercio donde compra el abuelo. Todos debemos estar atentos para colaborar con el que necesita ayuda.
Por qué sí usarlos
Horarios. Hay mayor amplitud horaria para retirar el dinero de los cajeros automáticos. Eso implica que tampoco haya que hacer largas colas para cobrar la jubilación.
Promociones. Hay bancos o comercios que hacen, determinados días de la semana o en algunos comercios, descuentos para las compras que se realizan con la tarjeta de débito.
Menos IVA. Se accede al reintegro de 5 puntos de IVA siempre que se hagan compras de hasta mil pesos en comercios no monotributistas. Los que cobran la mínima, además, tienen descuento adicional de 15 puntos del IVA.
Es menos riesgoso. No es necesario retirar todo de una vez. Se baja así el riesgo robo.
Supervivencia. Comprar una vez al mes evita tramitar el certificado de supervivencia.
Por qué no usarlos
Razones por las que muchos no quieren utilizar cajero o tarjeta.
Miedo. Los que no los usan temen que la máquina los pueda estar “burlando”. La mayoría de los bancos no utiliza a una persona para que ayude a los jubilados a hacer las extracciones.
Experiencia. El ir al banco a cobrar es “la salida del mes” para muchos. Tienen relaciones y encuentros armados en función de eso, y es una manera de cambiar su rutina.
Sistemas poco amigables. Hay jubilados, en especial los muy mayores, que no alcanzan a ver la letra o que les parece que las operaciones son poco amigables. El sistema debiera ser más simple y con menos opciones.
Desaliento. Varios comerciantes donde compra el jubilado no tiene “posnet” o prefiere que el abuelo le pague en efectivo, así no queda registrada la operación. No incentivan a que la gente pague con débito. (Informe de la Encuesta Nacional sobre Adultos Mayores que elaboró el Instituto Nacional de Estadística y Censos)