E
n medio de un clima tenso, un hombre fue condenado a prisión perpetua por violar y luego asfixiar a su hija, de 13 años, hecho que ocurrió en noviembre de 2015 en la vivienda de la familia, ubicada en Florencio Varela.
Los jueces de Tribunal Oral Criminal (TOC) N° 1 de Quilmes Florencia Gutiérrez y Pablo Pérez Marcote votaron por la condena del imputado, identificado como Andrés Justo Dib, mientras que el pronunciamiento de la doctora Marcela Vissio fue en disidencia.
Al conocerse el fallo, en medio de un fuerte operativo de seguridad, la madre de la pequeña rompió en llanto y abandonó la sala de juicio acompañada de allegados. Al mismo tiempo, los familiares de Justo Dib no ocultaron su malestar, tal como quedó expuesto a lo largo de todo el proceso en un claro enfrentamiento de las familias a partir del trágico hecho, ya que una parte acusa a la madre de ser partícipe del aberrante suceso.
En ese contexto, el padre de la víctima fue condenado por ser el autor material del hecho bajo la carátula de “homicidio agravado por el vínculo”, a raíz de lo acontecido entre la madrugada del 22 y 23 de noviembre, en una casa del Barrio Santa Rosa.
Durante el juicio se acreditó que, aquella noche fatal, la madre despertó y encontró en la cama el cuerpo sin vida de su hija e incriminó al padre, a quien lo sindicó como el sujeto al que había visto esa noche junto a la cama. Como pruebas, se utilizó un relato de uno de los hijos en Cámara Gesell, como así también el de un empleado de la casa de servicios fúnebres, que había señalado que al imputado “lo había visto preocupado por saber si en el cuerpo de la niña se habían encontrado restos de ADN”, algo que era infrecuente “en la conducta de un padre ante tal pérdida”.